“Ya tienes un trabajo, no sé de qué te quejas”,
“El trabajo es un trabajo, no te tiene que gustar, lo haces y punto”,
“Estas loco si te dejas un sueldo fijo por montarte algo por tu cuenta”.
“A dónde vas a estas alturas de la vida a buscar otro trabajo”
Estas y muchas otras frases son las que te dicen muchas veces cuando buscas un cambio profesional. Cuando explicas que quieres hacer algo que te apasione y que te haga crecer. Cuando sientes que debe haber algo más esperándote, que ese trabajo que te frustra no puede ser todo.
Pero cuando las personas te digan que no puedes, que es una locura, que te arrepentirás, recuerda que están hablando de ellos. De lo que ellos no pueden. De lo que ellos no se atreven. Del esfuerzo que ellos no están dispuestos a realizar por vivir una vida que para ellos tenga sentido.
Y cuando te sigan invadiendo las dudas, observa cómo te sientes y como te gustaría sentirte con ese proyecto nuevo, con ese cambio laboral. Siente la frustración que puedes experimentar a diario por no estar trabajando en aquello que te apasiona y toma impulso para poder vivir de aquello que realmente te hace sentir feliz.
En definitiva, no escuches las criticas porque nadie mejor que tú sabe que es lo que necesitas. Recuerda de que de todos los caminos aprenderás algo salvo de uno: aquel que nunca has tomado.
No dejes que te afecten ni te hagan dudar de tu objetivo. Porque nadie que haya obtenido los resultados que tú estás buscando, te va a criticar por ir a por ellos. Más bien te animará a que lo hagas, te aconsejará, te advertirá, pero si esa persona pudo y se atrevió, ¿por qué no vas a poder tú?